"El Infantil "D" naufragó en Alcobendas y cosechó una abultada derrota en el campo Óscar Molina. A pesar de las dificultades que sufrimos a lo largo de los 70 minutos y de la manifiesta superioridad del rival, nuestra actitud dejó mucho que desear y no tuvimos la predisposición adecuada para intentar competir contra el conjunto rojiblanco. Fuimos blandos e imprecisos, tenemos mucho que mejorar y como deportistas, estamos obligados a dar el cien por cien en cada encuentro. Hoy no lo hicimos."
Alineación inicial (1-4-1-4-1): Marcos Hernández (POR); Nabor Pérez (CEN), Alexander Pilicita (CEN), Pablo Morales (LAT IZDO), Álvaro Fuentes (LAT DCHO); Pablo Romero (MED), Alejandro Pérez (MED), Matías Velasco (MED), Pablo Ordóñez (INT IZDO), Álvaro Mateos (INT DCHO); Iván Baltanás (DEL).
También jugaron: Héctor Polo (min 31, sustituyendo a Pablo Ordóñez), Alberto Aramburu (min 35, sustituyendo a Marcos Hernández), Paolo Guillén (min 35, sustituyendo a Pablo Romero), Daniel Diego (min 40, sustituyendo a Pablo Morales) y Javier Montiel (min 42, sustituyendo a Álvaro Fuentes).
Goles: 8 - 1 Iván Baltanás (min 68)
Campo: Óscar Molina (Alcobendas)
Hora de comienzo del partido: 15:05
Jornada: 2ª
Puntuación del equipo: 0,5/10
Campo: Óscar Molina (Alcobendas)
Hora de comienzo del partido: 15:05
Jornada: 2ª
Puntuación del equipo: 0,5/10
Después de obtener el primer punto de la temporada la semana pasada, viajábamos a Alcobendas con la intención de seguir haciendo bien las cosas. Como sabéis, nuestra idea es ser competitivos y demostrarnos a nosotros mismos que podemos ser un equipo capaz de pelear los partidos; independientemente del resultado, uno siempre se va a casa sabiendo si se ha dejado todo en el campo, o por el contrario, si ha tenido una mala actuación y no ha rendido como esperaba.
El Atlético Concilio es un filial del Atlético de Madrid, es un conjunto de jugadores de segundo año, un equipo duro, rocoso, rápido... Sabíamos que ganar hoy iba a ser una gesta que se antojaba muy complicada, por ello, nuestra idea era plantar cara a nuestro oponente, estar ordenados en el campo y luchar cada balón en cada zona del campo. Sin embargo, el guión que habíamos trazado se torció demasiado pronto. Los locales salieron desde el primer minuto a ganar el partido, tenían más ganas, más hambre de gol, más ambición que nosotros, y esto se notaba en el ímpetu y la intensidad que ponían a la hora de robar el balón; el Atlético Concilio generaba situaciones de constante superioridad numérica, ocupaba los espacios más rápido y hacía gala de una agresividad eficaz y necesaria para hacerse dueños del partido.
Cuando conseguíamos hacernos con el balón, apenas nos duraba cinco segundos en nuestro poder: no éramos capaces de hilar pases entre nosotros. Esto se debía a que estábamos muy lentos en cuanto a maniobras, tardábamos mucho en realizar los controles y tampoco nos movíamos para apoyar al jugador que tenía el esférico en ese momento. No generamos desmarques y además, estábamos muy lejos los unos de los otros, al mismo tiempo que el rival estaba todo el rato "encima", presionando con dos y tres jugadores la salida del balón. El resultado de esto se traducía en pérdidas constantes, por falta de apoyos, por excesiva pasividad, por imprecisiones y por regalar la pelota al oponente como si de un pase al Atlético Concilio se tratase.
Nos costaba mucho hacernos con la posesión, lo que nos desgastaba físicamente y hacía que el encuentro fuera una persecución que empezaba una y otra vez. El choque se convirtió en una larga fase de recuperación del balón, mientras que la fase de ataque era prácticamente inexistente en lo que al Infantil "D" se refiere. El equipo estaba roto, dividido, separado; no éramos capaces de atacar en bloque o de defender con agallas y con agresividad, y esto no hizo más que facilitar las cosas al equipo local.
Un fallo defensivo que ya conocemos y que siempre tratamos de corregir, volvió a suceder en el 1-0. La defensa estaba demasiado adelantada y Alexander no llegó a despejar un balón que un delantero rival se llevó por velocidad. Marcos salió de la portería para intentar frustrar la jugada, pero el balón entró hasta el fondo de la red cuando el jugador adversario disparó antes de que Marcos pudiera hacer nada.
Pocos minutos después, el interior derecho del Atlético Concilio recogió la pelota en la banda y comenzó a driblar a los jugadores de nuestro equipo. Los regateó dentro del área y se plantó delante de nuestro portero, desde donde marcó gol a placer, sin que nadie hubiera frenado la acción o hubiera cometido una falta táctica ante semejante amenaza.
Aunque he de reconocer que el equipo al que nos enfrentábamos era un contrincante de cierto nivel, no puedo excusar la actitud que vi por nuestra parte, ya que estábamos desordenados y nunca ganábamos los balones divididos. Había diferencia de ritmo, estatura, nivel técnico, organización, comunicación... Sí, eran mejores que nosotros, pero lo que no podemos tolerar es la falta de intensidad que mostramos. Somos un equipo con limitaciones, conocemos nuestros defectos, pero también nuestras virtudes. Hacemos un trabajo físico cuya finalidad es igualar a los equipos de segundo año, dicho de otro modo: entrenamos para que "la gasolina" nos llegue de sobra durante los 70 minutos. No obstante, vi al equipo cansado en el minuto 15 y tampoco teníamos nada de pausa para intentar conectar entre nosotros mediante pases. Parecía que nos queríamos quitar el balón de encima sin ningún tipo de criterio, y eso no es fútbol.
En el minuto 19, Pablo Ordóñez sufrió una entrada que le hizo pedir el cambio poco después. Llegados al minuto 20, ya íbamos perdiendo 3-0 y seguíamos siendo un grupo de jugadores blandos, incapaces de igualar la fuerza del oponente. Habíamos perdido las ganas, la ambición y el orgullo,y eso nunca se puede hacer, sin importar cómo vaya el marcador o lo feas que se pongan las cosas.
En el descanso tratamos de concebir la segunda parte como un partido nuevo, hablando de subsanar errores, de ir más fuerte a cada acción, de pelear el balón en cada zona, de cometer una falta antes que conceder un gol, de mostrarnos serios y rocosos y de estar más juntos todo el tiempo, tanto en fase ofensiva como defensiva, pero nada iba a salir como queríamos porque no hubo reacción.
A los 40 segundos de comenzar el segundo acto, dejamos "la puerta" de la defensa abierta y encajamos el 4-0. Todo fue una sucesión de fallos de concentración y de falta de ritmo que se tradujo en una goleada escandalosa. Los partidos se pueden perder, pero no de esta manera. Sabemos que somos de primer año, que somos el cuarto equipo infantil del club, pero también tenemos que saber que nuestro trabajo deportivo consiste en sacar un rendimiento mínimo que hoy no existió, y eso es por una cuestión de actitud. En fútbol, puede que un jugador sea muy limitado técnicamente, pero si realmente quiero ayudar a mi equipo y conseguir sacar algo bueno, sé que voy a correr como un galgo y que voy a llegar a casa con las rodillas sangrando (perdonad el exceso de dureza, pero como jugador que también soy, así lo siento). Los mejores entrenadores que tuve, me enseñaron a dejarme el alma sobre el césped, y eso es precisamente lo que hoy he echado de menos, porque sé que mis jugadores tienen capacidad para hacer más, y aunque hoy tenga que escribir aquí y tenga que afirmar que hemos jugado mal, lo hago para exigir más a todos y cada uno de los que componemos la plantilla del CDF Tres Cantos Infantil "D".
Hoy no hemos estado bien, y la buena noticia es que en siete días tendremos una nueva jornada para borrar la imagen de hoy y demostrar que somos un equipo que puede trabajar mucho mejor. Como anécdota podemos rescatar el único disparo a portería que hicimos en 70 minutos: un balón que corrió Héctor por la banda izquierda para cedérselo a Iván, quien consiguió recortar ante uno de los centrales para después colocar un disparo medido y ajustado al palo derecho de la portería del rival. Fue nuestra única jugada ofensiva con algo de lucidez e intención, el gol de la honra, aunque poco honor había hoy después de haber encajado ocho tantos y de la manera en que lo hicimos.
Probablemente, cada uno de nosotros (yo incluido) tengamos que hacer autocrítica para saber en qué hemos fallado y de qué manera podemos corregirlo. Personalmente, creo que ha sido una cuestión de actitud, como he repetido en los párrafos superiores, pero también tenemos que empezar a pensar en las ayudas colectivas y en la palabra "equipo" a la hora de ser un bloque que se mueva de forma coordinada y que sepa equilibrar las zonas en las que se desarrolla el juego. Ni la semana anterior éramos tan buenos, ni esta semana somos tan malos, pero entre todos podemos sacar los partidos adelante si siempre vamos al límite y si nunca nos rendimos.
Quiero que sepáis que, a pesar de este duro golpe, estoy muy orgulloso por ser el entrenador de este Infantil "D" y realmente creo que tengo un grupo de jugadores que puede evolucionar muchísimo, pero necesito más de cada uno y necesito una mentalidad positiva y batalladora por parte de cada futbolista del plantel. Hoy me ha dado la sensación de ver al equipo al 50%, y nos hemos enfrentado a un gigante que nos ha pasado por encima aprovechando ese estado de flaqueza.
Advierto que los entrenamientos de esta semana van a ser especialmente exigentes y que necesito del desempeño y el compromiso de cada jugador para poder brindar un buen partido a nuestra afición el próximo sábado. Estoy deseando que llegue el próximo partido, pero mientras tanto: trabajo, trabajo y trabajo en cada sesión de entrenamiento.
Como principal responsable de este conjunto, pido perdón por la pobre imagen que hemos dado hoy a la vez que os aseguro que voy a trabajar al máximo para enderezar el rumbo del equipo.