"Floja actuación del Infantil "D" en el Colegio Aldovea ante un C.D. Las Tablas que se llevó los tres puntos jugando con diez futbolistas durante 40 minutos. El CDF Tres Cantos se mostró frágil y concedió demasiadas facilidades al rival; a pesar de la propuesta táctica inicial, estuvimos encerrados en nuestro propio terreno de juego durante todo el choque y no conseguimos pasar el balón entre nosotros para llegar al área del adversario."
Alineación (1-4-4-1 + líbero): Alberto Aramburu (POR); Nabor Pérez (CEN), Alexander Pilicita (CEN), Paolo Guillén (LAT IZDO), Álvaro Fuentes (LAT DCHO); Alejandro Pérez (MED), Iván Baltanás (MED), Matías Velasco (C) (INT IZDO), Pablo Ordóñez (INT DCHO); Pablo Romero (líbero) y Héctor Polo (DEL).
También jugaron: Jorge Ros (min 36, sustituyendo a Pablo Romero), Youssef Alonso (min 36, sustituyendo a Alexander Pilicita), Pablo Morales (min 40, sustituyendo a Paolo Guillén) y Daniel Diego (min 44, sustituyendo a Nabor Pérez).
Campo: Colegio Aldovea, Alcobendas
Hora de comienzo del partido: 13:04
Nota global del equipo: --
Teníamos un plan, pero no salió bien. El peso de esta derrota cae bajo mi responsabilidad, pero después de conocer al equipo rival, creí que el planteamiento contrarrestaría parte del juego ofensivo del rival. Tampoco puedo afirmar que perdimos sólo por ese planteamiento: es imposible ganar un partido sin pisar el área, sin tirar, sin conectar a unos jugadores y otros mediante pases, fue un "Ataque verde contra defensa blanca" que duró setenta minutos y la insistencia del rival finalmente acarrea goles de los que no nos pudimos recuperar.
Dispusimos un sistema 1-4-4-1 compensado, que nos otorgaba una ocupación racional y compensada de todo el terreno de juego. El jugador que faltaba en el esquema era Pablo Romero, puesto que nuestro número 2 tenía como misión única y principal seguir todos los movimientos del jugador 30 del C.D. Las Tablas. Los únicos momentos en los que Romero cesaría su marcaje (que no su vigilancia) serían cuando dicho delantero se metiese en posición de fuera de juego o cuando estuviera en su propio campo. Tomé esta decisión debido a la movilidad y a la capacidad ofensiva de este jugador, pues con una media de casi 3 goles por partido, se erigía como el máximo anotador de su equipo, era su referencia ofensiva.
Pensé que si anulábamos de este modo a este futbolista y manteníamos una defensa junta y equilibrada, podríamos mantener nuestra portería a cero.
En cuanto al ataque, Iván Baltanás se quedaba como centrocampista puro, dado que es un jugador que sabe sacar el balón jugado y lo esconde muy bien, del mismo modo que Alejandro Pérez nos podía dar esa solidez y posicionamiento para recuperar balones constantemente. Pablo Ordóñez y Mati se encargaron de las bandas, con la idea de buscar diagonales y subir con cierta profundidad, mientras que Héctor volvía a ser nuestro hombre más adelantado.
Desde el primer minuto vimos a un CDF Tres Cantos "D" demasiado temeroso, con las líneas muy atrasadas. El guión, pese a que siempre incidimos en cambiarlo, era el mismo que en anteriores partidos: no éramos capaces de dar dos o tres pases seguidos, el rival corría más que nosotros, generaba superioridad numérica y generaba peligro constantemente. Cada vez que despejábamos el balón, tardábamos demasiado tiempo en salir hacia adelante, por lo que nuevamente veríamos a un Infantil "D" que renunciaba a construir situaciones de ataque, no existía progresión alguna ni mentalidad colectiva para sacar el esférico generando líneas de pase.
Iván Baltánas trataba de buscar alternativas. Cada vez que se hacía con el balón, comenzaba a girar de manera inteligente, protegiéndolo con la rotación de su cuerpo y cambiándolo de pierna para driblar hasta a dos oponentes. Los jugadores que estaban por delante de él no realizaban desmarques claros, de modo que siempre se tenía que apoyar con un lateral o con un centrocampista que estuviera cercano a él.
No llegábamos a conectar con nuestro delantero (Héctor) y tampoco subíamos a través de los dos interiores. Pérdida tras pérdida, no éramos capaces de salir de un bucle constante. El rival llegaba, corría más que nosotros en cualquier zona y una y otra vez asediaba la portería de Aramburu.
¿Por qué sucede esto en cada partido? Porque no tenemos el balón, somos un equipo que no logra asegurar la posesión de la pelota y sin esto, no podemos acercarnos a la portería contraria.
Pasados los primeros quince minutos llegaría el primer tanto del C.D, Las Tablas: concedimos un corner y el jugador número 30 remató de cabeza a placer a escasos metros de la línea de gol. Poco después, el mismo jugador iba a encarrilar el partido al cazar un rechace que Aramburu no consiguió atajar tras el lanzamiento de un libre directo.
A cinco minutos del descanso, el árbitro amonestó por segunda vez el autor de ambos goles, expulsándole del partido después de recibir la doble amarilla. He de decir en estas líneas que esta expulsión me pareció excesiva para un partido de infantiles y al término del encuentro, me dirigí al vestuario del árbitro para solicitar que la expulsión de ese jugador no acarrease sanción.
No suelo hablar de los árbitros, tengo mi opinión pero no creo que saque nada positivo a la hora de comentar algo sobre ellos, de manera que me centro en mis propios errores, en las cosas que puede corregir mi equipo, en aquello que podemos controlar y que depende enteramente de nosotros.
Dadas estas circunstancias, llegábamos al intermedio con un resultado adverso de dos goles a cero. Aunque la expulsión no fue de mi agrado, se abrió una oportunidad ante nosotros para cambiar el curso del partido. No habíamos llegado a la portería del C.D. Las Tablas ni un sola vez, de manera que tocaba ser valientes, cambiar a un sistema más ofensivo, presionar más arriba y cambiar la mentalidad del equipo de cara a los siguientes 35 minutos. Dispusimos un sistema 1-3-4-3 con la idea de marcar un gol pronto, en el primer cuarto de hora; Youssef y Jorge entraron por Alex Pilicita y Pablo Romero, quitamos a dos jugadores defensivos para integrar a dos atacantes.
Incidí en los aspectos que ya conocemos: mayor agresividad, más ayudas cuando uno de nosotros tiene el balón, más anticipación, etc. Honestamente, creí que era lo mejor para nosotros, que podríamos igualar el nivel de juego de nuestro oponente, pero nada salió como queríamos.
Al cabo de poco más de un minuto de la reanudación, el equipo local anotó el 3-0 después de no ser lo suficiente rápidos como para frenar a su interior izquierdo. Nabor pudo despejar el balón, pero al tratar de controlar, su pie se encontraba totalmente tenso, de manera que funcionó como pared para que el atacante del C.D. Las Tablas se internase en el área y anotase el gol.
A pesar de ser uno más, no hubo un guión que pudiera destacar nada a nivel ofensivo, nuestro primer y único disparo tuvo lugar en el minuto 66. Eso fue todo lo que hicimos en ataque, mientras que el conjunto local se encontró cómodo y seguro con el resultado a favor. Tuvieron el control, gozaron de continuas ocasiones y conseguían tocar y moverse constantemente; corrieron más que nosotros, fueron más agresivos que nosotros, dieron más pases, etc. Fueron mejores, justos vencedores y esto es un hecho.
Sé perfectamente que, si estás leyendo esta crónica, estás pensando que soy excesivamente duro con mis palabras, que sólo hablo de lo malo, que no hay nada alentador en estas líneas, pero es aquí donde quiero detenerme. Siempre he dicho que no existen malos jugadores, sino los malos entrenadores; me falta información respecto a temporadas anteriores, me hubiera gustado conocer cómo entrenaban los chicos el curso pasado y sé perfectamente que mis jugadores del Infantil "D" están ansiosos por hacer las cosas bien y por conseguir un buen resultado. Muchos de vosotros (jugadores) me habéis comentado algunas cosas, pero no puedo cambiar el pasado, sólo puedo centrarme en trabajar día a día.
Tenemos un problema de base, de base técnica y táctica. Dentro del equipo existen jugadores de gran habilidad con el balón, pero también hay otros que no han recibido la base de conceptos que normalmente se aprende en benjamines y alevines. Por ello, me sorprende que haya chicos de casi 12 años —repito: no es su culpa— que no sepan lo que es el empeine o el interior del pie, que su juego se fundamente en utilizar la puntera o que no consigan dar un pase recto. Intentamos solucionar ese problema con entrenamientos basados en la asociación, en contactos a pocos toques, distancias cortas, paredes, etc, pero el agujero conceptual es tan grande que nos está costando mucho taparlo o mejorarlo. En determinados partidos hemos estado bien en defensa, siempre he creído que los equipos se construyen por los cimientos, por ello, tiene mérito que hayamos conseguido no encajar gol en dos encuentros, mérito para los jugadores.
Sin embargo, vamos a tener que esforzarnos mucho más si queremos ganar partidos. Lo que hacemos no es suficiente y tenemos que empezar por algo tan sencillo como realizar ejercicios de conservación del balón, aprender a protegerlo, aprender a pasarlo, a desmarcarme, a mirar al compañero antes de realizar ese pase, etc.
Como decía, hemos dado pequeños pasos a nivel estratégico, especialmente en defensa, pero no podemos tirar sólo una vez en 70 minutos. Es seguro que he cometido errores como entrenador y asumo la responsabilidad de los resultados y del rendimiento del equipo totalmente, pero también tengo la experiencia de haber sido y ser jugador, los mejores entrenadores que he tenido fueron los más duros conmigo, los que me decían cuándo había jugado bien y cuándo había jugado mal, los que me sentaron en el banquillo cuando no estaba al nivel o cuando no me esforzaba, los que me dejaban desconvocado si no entrenaba al máximo o los que me dijeron la verdad desde muy pequeño sobre mis virtudes y mis carencias, por ello, voy a exigir más a la plantilla a partir de este momento, los entrenamientos van a seguir enfocados a la construcción del juego de ataque, pero necesito un cambio de actitud y de seriedad por parte de toda la plantilla.
Sabemos que se pueden perder partidos, que hay equipos de segundo año, que el fútbol es complicado cuando somos un equipo con jugadores procedentes del Alevín A, C y D o que vienen de fuera, pero lo que no podemos aceptar es tirar una vez en 70 minutos contra diez jugadores. Repito: soy el culpable de esto, es una situación nueva para mí, nunca me había sucedido y he de encontrar los medios y los mecanismos para reconducir esta situación mediante el trabajo en los entrenamientos.
Soy de la opinión de que tengo jugadores totalmente válidos a nivel individual, pero nos falta ser un equipo, jugar juntos, ayudarnos los unos a los otros y estar más cerca en la fase ofensiva. Me da la sensación de que el equipo tiene más miedo de encajar gol, que valentía para querer anotar, y eso no puede ser así, tenemos que hallar un equilibrio para que las transiciones ataque-defensa y defensa-ataque sean más rápidas y sirvan para robar el balón y comenzar la elaboración.
Está siendo una temporada dura para todos, pero también estamos aprendiendo lecciones importantes. Personalmente, nunca me llevé bien con la derrota, pero estoy aprendiendo a perder, a mejorar mi "mal perder". He tenido la suerte de estar mal-acostumbrado a ganar como entrenador durante casi diez años, pero ahora tengo el reto de hacer mejorar a la generación de jugadores que conforman el Infantil "D"; no pienso en ganar como tal, sino en construir jugadores competitivos que puedan adquirir una base que les dé garantías en infantiles de segundo año a partir de septiembre de 2017. Mi trabajo consiste en mejorar y formar jugadores, no tengáis ninguna duda de que voy a seguir esforzándome para que los chicos crezcan como futbolistas durante esta temporada.
Como os he comentado hace poco, la actitud de los jugadores es buena, aunque tenemos que subir el nivel de compromiso y esfuerzo un peldaño más si queremos evolucionar. Aún nos queda un partido antes de que termine el año y tenemos la misma ilusión que al principio de temporada por conseguir una victoria, ya que el fútbol tiene mucho que ver con el estado de ánimo y me encantaría que los jugadores subieran su moral a través de un premio tan merecido como el de ganar un partido oficial.
El deporte tiene mucho de superación y a pesar de que nuestros números y nuestro nivel de juego no están siendo buenos, estoy muy orgulloso por tener la suerte de estar al frente de este Infantil "D" y de pertenecer a un club como el CDF Tres Cantos que ha apostado por mí como entrenador desde el primer momento.
Seguiremos corrigiendo errores, seguiremos sin rendirnos.
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