domingo, 15 de enero de 2017

CRÓNICA: CD LA MORALEJA "C" 4 - 1 CDF TRES CANTOS "D"


"El Infantil "D" tropezó en el primer encuentro del año ante el C.D. La Moraleja "C" en un choque que estuvo condicionado por la excesiva pasividad que mostramos durante los primeros 35 minutos. Concedimos demasiadas facilidades al rival y no mostramos nuestra mejor versión en un partido en el que pudimos hacer mucho más si hubiéramos salido con otra actitud. Más allá del resultado del partido, no dimos una buena imagen y todos tenemos que hacer autocrítica para cambiar los aspectos que han fallado de cara a la próxima jornada."


Alineación inicial (1-4-4-2): Marcos Hernández (POR); Pablo Romero (CEN), Alexander Pilicita (CEN), Álvaro Fuentes (LAT IZDO), Paolo Guillén (LAT DCHO); Alejandro Pérez (MED), Pablo Ordóñez (MED), Álvaro Mateos (INT IZDO), Jorge Ros (INT DCHO); Héctor Polo (DEL) e Iván Baltanás (DEL).

Todo el equipo posa antes del pitido inicial.

También jugaron: Matías Velasco (min 35, sustituyendo a Alejandro Pérez), Nabor Pérez (min 35, sustituyendo a Pablo Romero), Iván Garea (min 35, sustituyendo a Paolo Guillén), Pablo Morales, Min 37, sustituyendo a Álvaro Fuentes) y Daniel Diego (min 41, sustituyendo a Alexander Pilicita).


Goles: 4-1, Nabor

Hora de comienzo del partido: 18:07 h

Campo: Luis Aragonés, Alcobendas

Nota global del equipo: --


El pasado sábado viajábamos a la localidad de Alcobendas para disputar el primer partido del año: nos medíamos al C.D. La Moraleja "C", un conjunto que se encontraba por debajo de nosotros en la clasificación, a dos puntos concretamente.

Después de haber entrenado bien durante la semana, el equipo tenía ganas de comenzar 2017 con una victoria, pero desde el lunes anterior estuvimos advirtiendo de que nunca hay que subestimar al rival, debemos procesar respeto por cada oponente, aunque nunca hemos de tener miedo.

Tras calentar durante 25 minutos, el equipo saltó al campo y se encontró con un C.D. La Moraleja "C" cerrado, con dos líneas defensivas bien trazadas, cuyos jugadores basculaban en función de la posición del balón. Mientras ellos mantenían el orden, no presionaban, de manera que nuestra defensa tenía el balón en nuestro propio territorio. A pesar de contar con esta ventaja para sacar el balón jugado desde atrás, nuestros futbolistas estaban nerviosos, no se atrevían a subir con el esférico y no conseguíamos superar el centro del campo.

Pronto volvimos a ver las imprecisiones, los despejes al medio o los pases a ciegas que llegaban a un jugador vestido de negro. El equipo estaba tenso, rígido, y cada vez gozaba de menos movilidad, jugábamos a un ritmo inferior que nuestro rival, y esto no sucedía por carencia o por falta de capacidad, sino por temor. El CDF Tres Cantos "D" entrena mejor que juega, y esto se debe a que no somos capaces de disfrutar del fútbol cada sábado, nos lo pasamos bien entrenando, pero sufrimos en liga desde que el árbitro pita el comienzo de cada partido, y esta actitud no nos llevará a ninguna parte.


A pesar de que no hemos conseguido ninguna victoria, seguiremos trabajando para lograr una alegría pronto.


El centro del campo no se organizó bien, dado que Alejandro Pérez estaba demasiado atrás, sin apenas participar en tareas ofensivas. El peso del ataque en esta zona cayó enteramente sobre Pablo Ordóñez, que a pesar de las dificultades, fue capaz de inventarse varios pases al hueco que llegaron a Jorge Ros en tres ocasiones, rompiendo las líneas del equipo local y demostrando la visión de juego y la intención de nuestro número 22.

Llegados al minuto 13, Pablo Romero corrió para frenar a un oponente que se colaba con el balón por el pico del área; nuestro central chocó con el adversario, le tocó y éste cayó derribado. Por suerte, el árbitro no pitó falta ni si quiera, aunque a mi juicio la entrada no fue al balón. Habíamos tenido suerte en esta acción, pero poco nos iba a durar la alegría, dado que instantes después, el C.D. La Moraleja "C" anotaba el primer tanto del partido con un lanzamiento lejano que batió a Marcos desde el lado derecho.

Era lógico, estábamos yendo cada vez a menos y como de costumbre, no nos duraba nada el balón. Desde el banquillo vi al equipo dormido, inoperante, lento, sin ideas. Iván Baltanás tenía que bajar hasta nuestro campo para recibir el balón, mientras que Héctor Polo tampoco recibía pases hacia su zona. Tuvo una ocasión, pero su lanzamiento se marchó por encima de larguero.

Álvaro Mateos volvía a hacer gala de su capacidad física, subiendo y bajando por la banda izquierda sin parar, ayudando en defensa y ofreciéndose en ataque, pero el problema era que no todos estábamos en la misma sintonía, algunos jugadores luchaban y otros no lo hacían. El rival corría más que nosotros, llegaba antes a cada acción, se anticipaba, mostraba más ganas de ganar el partido, y vuelvo a decir que esto no es una carencia, no es que no podamos hacerlo, es que no hemos querido tener la actitud y el esfuerzo necesarios en la primera parte.

Parecía que jugábamos con la intención de que no nos marcasen gol, en vez de tener expectativas para atacar, pero ya íbamos 1-0 abajo en el marcador, ¿qué ocurría? Personalmente, creo que es un problema de actitud; hace años tuve un entrenador que me decía la siguiente frase "se puede ser bueno o malo con el balón, pero el arrojo y el hambre de ganar lo tienen que tener los 11 que juegan para sacar el partido adelante, y eso hace que un equipo marque la diferencia". Eché en falta ese arrojo, ese atrevimiento, la fluidez del balón, la profundidad, los desmarques. Estábamos bloqueados.

Sin apenas ocasiones y sin ser capaces de aportar opciones en ataque, nos marchábamos al descanso con un gol de desventaja, y ésta era la mejor noticia: aún estábamos vivos. Mati, Nabor e Iván Garea saltaron al césped en el minuto 35, teníamos que cambiar las cosas, y por ello pedí intensidad y atrevimiento a todo el grupo para la segunda  mitad. Expliqué la nueva disposición, centrada en presionar, pedí a los laterales que fueran ofensivos, a la línea de defensas que se adelantase y en definitiva, que fuésemos un bloque que invadiera el campo rival y presionara en cada sector del campo.


Pablo Ordóñez, durante el calentamiento.
Durante diez minutos vi al equipo que quería ver: salimos enchufados, con Héctor e Iván presionando, con los nuestros volcados, generando ocasiones, llegando al área, buscando la portería rival, recuperando el balón rápido. Sabíamos hacerlo, pero esto no sucedió hasta que eché la pertinente bronca en el vestuario y hasta que reactivé a un equipo que en la primera parte no jugó ni al 50% de las capacidades que realmente tenemos.
Cuando mejor estábamos, el equipo local anotó el segundo gol en una contra. Estábamos muy adelantados y uno de sus delanteros corrió más rápido que nuestra defensa para plantarse delante de Marcos y batirle sin oposición. Este gol supuso un punto de inflexión en el partido, porque neutralizó parte de nuestras esperanzas; habíamos dado un pequeño vuelco, tuvimos buenos minutos, controlando la posesión del balón y activando a los jugadores que se desmarcaban constantemente, sin embargo, no fuimos lo suficientemente rápidos como para detener al C.D. La Moraleja en esa contra.

Con 2-0 en el marcador, decidí poner una defensa de tres centrales para que Nabor ocupase la posición de tercer delantero. Seguíamos intentándolo y tuvimos nuestra mejor ocasión cuando Mati dio al palo después de que el portero local saliera de su área.

Nuestro rival se dedicó a defender en su campo y a organizar contras veloces, y es aquí donde quiero detenerme. Todos los equipos a los que nos hemos enfrentado en liga eran mixtos en edad (jugadores de primer y segundo año) o enteros de segundo año. Fin de semana tras fin de semana me choca ver a rivales más altos que mis futbolistas, más mayores. Suelo preguntar a cada entrenador local por esto, "¿tus chicos son de primer o segundo año?" No quiero excusarme en este dato, pero con una plantilla enteramente de primer año partimos en inferioridad de condiciones, dado que de los 12 a los 13 años suele ser cuando se produce "el estirón" y un cambio físico importante en los críos.

Pese a esta circunstancia, el equipo siguió peleando. Volvimos a encajar gol en el minuto 63, de nuevo, una contra que no podíamos parar por velocidad. Habíamos arriesgado en ataque, porque saltamos al césped en la segunda mitad con la intención de empatar el choque, sabíamos que un gol nos daba la moral y la energía suficiente como para pelear el partido, pero lo cierto es que planteamos mal el partido y no tuvimos la actitud competitiva necesaria para utilizar nuestros recursos.


El equipo no salió bien en la primera parte, fuimos demasiado blandos y no conseguimos mover el balón con buen criterio.
En el minuto 66, Nabor consiguió rematar un centro de Jorge Ros y anotó su primer tanto en liga. Por desgracia, el propio Jorge se hizo daño en la rodilla y tuvo que abandonar el campo lesionado; la lesión parecía grave, dado que le costaba mucho realizar apoyos, aunque por suerte, se ha descartado toda gravedad y el jugador ya se está recuperando.

Disputamos los últimos cuatro minutos con un futbolista menos y dado que tuve que salir a atender a Jorge, no vi el cuarto gol del C.D. La Moraleja. El partido finalizó con el abultado marcador de 4-1.

Nadie esperaba este resultado. Ni jugadores, ni aficionados ni entrenadores pensábamos que fuéramos a salir goleados de Alcobendas, pero lo cierto es que el resultado fue justo, especialmente por la pobre primera parte que hicimos.

Me da mucha rabia que el equipo no consiga resultados positivos, porque si algo tengo que destacar, es el trabajo y la buena actitud de los chicos: todos vienen a entrenar siempre, realizan la parte física, técnica y táctica con ilusión y ganas, veo cómo disfrutan de los entrenamientos y como llegan al límite de sus capacidades en múltiples ejercicios, pero me preocupa que la liga nos esté haciendo daño anímicamente.

Conozco la categoría, el año pasado también estuve en Segunda División de Infantiles, y con casi todos los rivales ya conocidos, puedo decir que no nos ha tocado un grupo sencillo, veo equipos grandes, que nos superan en altura en la mayoría de los casos y haber perdido tantos partidos sólo puede explicarse por dos razones: o no estoy entrenando correctamente a mis jugadores o estamos en un grupo con demasiada diferencia de nivel y de edad. Pese a todo, creo que el C.D. La Moraleja no era un equipo  "del otro mundo", sus jugadores mantenían cierto orden defensivo y fueron muy inteligentes para buscar huecos por donde progresar, pero no me pareció un super-equipo, creo que nosotros mismos nos complicamos mucho las cosas en la primera parte, no podemos volver a saltar al césped dando esa imagen.

Sé que este CDF Tres Cantos "D" puede dar mucho más, recuerdo partidos como el primero contra el Rayo de Alcobendas, el derbi ante la U.D. Tres Cantos o el día de El Liceo "A", fueron partidos que empatamos, pero más allá del resultado, hicimos un mayor esfuerzo en esas jornadas, estuvimos más concentrados y el equipo funcionó en diferentes etapas de cada encuentro. No podemos dar pasos atrás, no podemos salir con miedo, porque somos un equipo que no tiene nada que perder y creo que en la plantilla hay muchos futbolistas con buen nivel técnico como para dar profundidad y ofrecer alternativas.

Paolo controla el balón ante la atenta mirada de Pablo Romero y Alexander Pilicita.
Tenemos que empezar a pensar en jugar para atacar, porque el balón no llega a nuestros delanteros y apenas creamos ocasiones. A pesar de que estamos intentando jugar a pocos contactos, me falta muchísima movilidad, el jugador que lleva el balón en sus pies no encuentra opciones en forma de compañeros desmarcados y sin esto, no podemos llegar al área rival. El equipo no fluye en tareas ofensivas porque no generamos conexiones en forma de pases y porque somos demasiado predecibles.

Sin embargo, en los entrenamientos veo otra versión de mi equipo bien distinta, veo a los jugadores con ideas, con atrevimiento, con soltura, más o menos como en los primeros 10 minutos de la segunda parte de este partido. Honestamente, no creo que se trate de una cuestión de alineación o de sistema, no se trata de poner  aun jugador en una demarcación y a otro en otra, creo que es una cuestión de actitud, de estado de ánimo, de lo que cada futbolista está dispuesto a dar y de ese "arrojo" del que os hablaba antes y que tanto necesitamos.

Para mí y para la plantilla, lo fácil sería rendirse, pero no queremos hacerlo, lo que queremos es mejorar y demostrar que no somos el equipo que se vio en la primera parte de Alcobendas. Tenemos la suerte de pertenecer a un club que nos facilita mucho las tareas en los entrenamientos, incluso disponemos de un campo de fútbol 11 entero los miércoles, además de un segundo entrenador que se centra en tareas específicas. Tenemos los instrumentos, pero nos falta la intención de dejarnos la piel cada sábado.

Quiero pensar que simplemente salimos mal al campo, desconcentrados, que teníamos dudas o que no estábamos convencidos de nuestras posibilidades, pero os aseguro que eso va a cambiar para la próxima jornada. Los jugadores que salten al campo, van a dejarse todo, porque no hay nada peor para un futbolista que ceder en su esfuerzo y no aprovechar sus capacidades. Necesito que la plantilla entrene con más ganas que nunca porque para nosotros, el sábado que viene tenemos un partido importantísimo ante el C.D. Puerta de Madrid.

Por último, quiero recalcar en estas líneas que soy el máximo responsable de la derrota y de la marcha del equipo y mi única obsesión es revertir esta situación para que el equipo consiga dar una buena imagen cada fin de semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario