lunes, 21 de noviembre de 2016

Crónica: SAD Liceo Europeo 1 - 1 CDF Tres Cantos "D"


"El Infantil "D" arañó un punto de su visita al Parque de Navarra de Alcobendas gracias al buen hacer defensivo de todo el grupo, así como de la conexión Héctor - Iván que a punto estuvo de significar la victoria; los jugadores no se vinieron abajo tras encajar el primer gol y demostraron actitud y entereza frente a un conjunto que, como es habitual, estaba plagado de jugadores de segundo año. Independientemente del resultado, nos fuimos satisfechos a Tres Cantos por la imagen que dio el equipo, especialmente por la firmeza que mostramos sin balón a la hora de repeler a nuestro adversario de esta sexta jornada."


Alineación inicial (1-4-2-3-1): Alberto Aramburu (POR); Nabor Pérez (CEN), Guillermo Sánchez (CEN), Pablo Morales (LAT IZDO), Álvaro Fuentes (LAT DCHO); Alejandro Pérez (MED), Pablo Ordóñez (C) (MED), Álvaro Mateos (INT IZDO), Jorge Ros (INT DCHO), Iván Baltanás (MP) y Héctor Polo (DEL).


Once inicial de la jornada 6 de liga.


También jugaron:
Pablo Romero (min 40, sustituyendo a Guillermo Sánchez), Youssef Alonso (min 40, sustituyendo a Pablo Morales), Paolo Guillén (min 43, sustituyendo a Jorge Ros), Iván Garea (min 43, sustituyendo a Álvaro Fuentes) y Alexander Pilicita (min 45, sustituyendo a Pablo Ordóñez).

Goles: 1 - 1 Iván Baltanás

Campo: Parque de Navarra, Alcobendas

Hora de comienzo del partido: 14:00

Nota global del equipo: 6/10


Después de haber pasado las jornadas más duras y difíciles del campeonato, el Infantil "D" viajaba a Alcobendas para recobrar la fe en nosotros mismos. Nuestro rival era el Liceo Europeo, un equipo que en temporadas anteriores se había mostrado más aguerrido y peligroso y que incluso llegó a estar en Primera hace dos temporadas.

Éramos un "D" contra un "A", pero queríamos ganar el partido desde el primer momento. La propuesta que mostramos fue la de reforzar el centro del campo con tres jugadores en forma de trivote; era un campo largo que permitía llegar con profundidad a los interiores, pero esta amplitud era un arma de doble filo, ya que teníamos que tapar todas las zonas de nuestro campo para que el rival no llegase a la portería defendida por Aramburu.


Aramburu saca desde su portería ante la atenta mirada de Pablo Morales y Álvaro Mateos.

Durante los primeros minutos no conseguíamos generar ocasiones de peligro. Iván recogía el balón en el centro del campo pero no era capaz de trazar un pase adelantado hacia la posición de Héctor, quien siempre estaba al límite de la línea del fuera de juego. Conducíamos demasiado el balón y antes de que pudiéramos cederlo a un compañero, el rival nos lo quitaba y frustraba cualquier intento.

En defensa estábamos regular: Nabor se mostraba tan expeditivo como siempre, anticipándose al bote del balón y cometiendo alguna falta táctica en el momento en el que un rival se marchaba de su vigilancia. Guille estuvo algo tímido, no se mostró tan fuerte y contundente como en otros partidos y Pablo Morales descuidaba su marca cuando el juego iba por la otra banda. Nuevamente volvíamos a estar algo dormidos en defensa y nos invadía esa sensación de fragilidad de la que siempre hablamos para convertirla en fiereza.

Empezábamos a estar imprecisos en el centro del campo, dando pases precipitados que acababan siempre en las botas de un jugador del Liceo, del mismo modo que no conseguíamos subir por las bandas. El partido no tenía orden, ni dueño, ni dominador claro ni precisión en los pases. El mayor peligro del conjunto local eran un par de futbolistas que hacían gala de una conducción ágil y veloz con el balón y que en varias ocasiones atravesaron nuestras filas para llegar hasta el área. Fuimos capaces de cortar varias acciones, pero en el minuto 16 vimos como uno de estos avances del Liceo cobraba éxito al materializarse en gol, entrando el balón  mediante un disparo cruzado desde la banda derecha.

Otra vez pecábamos de blandos y lo pagamos con un gol. Sin embargo, el equipo no se iba a derrumbar tras este tanto y con el paso de los minutos seríamos testigos de un cambio de actitud en todo el equipo.

Pablo Ordóñez conduce el balón en el centro del campo mientras Iván le indica hacia dónde pasar.

Dado que el balón no le estaba llegando a Héctor, decidimos cambiar su posición con la de Iván. No tuvimos muchas ocasiones en la primera parte y nos faltaba muchísima participación ofensiva de nuestros mediocentros y nuestros interiores. Al no acompañar las jugadas de ataque con muchos efectivos, era fácil que el rival cortase cada contraataque. 

Llegados al minuto 28, Pablo Ordóñez y Alex fabricaban una de nuestras jugadas ensayadas en un corner, la cual dio pie a que el balón llegase al área del Liceo. Tras varios rebotes, Iván se colocó el balón en su pierna derecha y sacó un potente disparo que se coló hasta el fondo de la red para poner el empate a uno en el marcador.

La buena noticia era que habíamos marcados, aunque es justo decir que ese fue nuestro primer y único tiro a portería en la primera mitad del partido. Todos los partidos entrañan cierta dificultad, pero me da la sensación de que, a veces, para atacar bien desprotegemos demasiado nuestra defensa, y que en otras, para defender bien abandonamos bastante a los delanteros. No conseguimos ese equilibrio de bloque que ha de ser capaz de atacar y replegarse ante la pérdida del balón; como decía en párrafos más arriba: nos cuesta llegar con varios jugadores a los metros finales del campo, quizá estábamos más pendientes de guardar el orden defensivo que de intentar anotar.

Llegábamos al descanso con sensaciones contrariadas. El partido se podía ganar, no estábamos ante un rival superior, pero era imposible hacerlo si no éramos más agresivos y si no estábamos más juntos para pasar el balón entre los jugadores de negro. Durante la primera parte habíamos dejado a jugadores del Liceo totalmente solos en nuestro área, seguimos sin darnos cuenta de a quién tenemos que marcar y en qué momentos tenemos que mirar atrás, no solamente al balón. Estuvimos hablando sobre ese tema y sobre reforzar la línea defensiva. Si bien era cierto que el partido reflejaba un empate, ellos habían llegado  más veces, habían tirado más veces y causaban mayor peligro que nosotros. Teníamos que cerrar espacios, no podía haber más grietas atrás. Me gusta decir que la casa se construye por los cimientos, y en fútbol sucede lo mismo: los equipos empiezan por la defensa. No podíamos volver a encajar.

Héctor fue la referencia ofensiva del partido en la primera mitad. No dejó de correr para presionar y desmarcarse.

Comenzó la segunda parte y poco a poco fuimos dando entrada a otros futbolistas que saltaron al césped para ayudar al equipo. Pablo Romero salió muy concentrado, en el primer minuto de su aparición cortó la progresión de un delantero del conjunto local al realizar una falta al borde del área. Esta acción le costó una tarjeta amarilla a nuestro número 2, sin embargo, la acción mereció la pena, ya que habría supuesto un gol con toda seguridad si no hubiéramos hecho esa falta.

Paolo, que partió como interior derecho, ayudó muchísimo en defensa. Su velocidad y su corpulencia le permitieron ayudar constantemente y realizó uno de sus mejores partidos de esta temporada. Por su parte, Youssef estuvo en la banda izquierda, le sobró conducción y le faltó buscar a los delanteros mediante envíos a media y larga distancia.

Volvíamos al patrón del primer acto: estábamos volcados en defender atrás, con muchos jugadores, y la arriba tanto Iván como Héctor tenían que ingeniárselas para avanzar hacia la meta rival. 

Alejandro Pérez fue de menos a más, tuvo más presencia en el centro del campo, participó activamente en el robo de balón y llegó a tirar a portería desde fuera del área, aunque su lanzamiento no entrañó peligro alguno. Desde el banquillo veíamos que era difícil que el equipo llegase hasta los metros finales, estábamos defendiendo todo el rato y las fuerzas empezaban a ser limitadas, de manera que reforzamos el lateral izquierdo con Álvaro Mateos (que anteriormente estaba jugando de interior) y tratábamos de sacar el balón rápido de nuestro campo para que Héctor e Iván lograsen marcharse por velocidad.


Iván, nuestro hombre gol en el día de hoy.

Tuvimos varios intentos, jugadas bien hiladas, paredes entre ambos que a veces eran frustradas por el última defensa de ellos y otras en las que tirábamos a portería sin éxito. También es justo decir que el Liceo tuvo ocasiones para marcar, la más clara de ellas en los instantes finales, cuando un lanzamiento directo de corner golpeó en el palo izquierdo de la portería de Aramburu. El partido se abrió más que en la primera mitad, nuestra defensa estaba atrás y la suya, más adelantada. Es posible que diera sensación de que ellos querían la victoria más que nosotros, pero lo cierto es que tuvimos que gestionar recursos y aguantar el resultado durante muchos minutos.

Cuando se cumplía el minuto 35, Héctor recibía un pase preciso de Iván en campo contrario. Nuestro número 7 avanzó hasta adentrarse en el área y no consiguió ver portería cuando lo tenía todo a su favor. Quizás fueron los nervios, pero aquella ocasión fue la más clara que tuvimos, aunque no podemos reprocharle nada a ninguno de nuestros dos delanteros, porque ellos llevaron todo el peso ofensivo del equipo y no dejaron de moverse y de luchar durante los 70 minutos.


Paolo realizó un partido muy serio en labores defensivas. Sabemos que es un jugador que nos puede aportar mucho.

Así finalizó el choque, con un punto de recompensa y con conclusiones positivas. Aún nos falta elaboración, agresividad y orden, pero creo que hemos mejorado en ciertos detalles y en aspectos defensivos. Todos queremos ver un Infantil "D" más valiente, que haga un fútbol más vistoso y que llegue más veces a portería, pero quiero pensar que hoy hemos subido un escalón más y que poco a poco iremos avanzando. Sé que la primera victoria de la temporada llegará pronto, porque los jugadores están entrenando a conciencia y porque su actitud y esfuerzo están siendo buenos.

Lo más importante es que nos hemos mostrado competitivos y aunque hemos cometido fallos, el equipo ha ido en línea ascendente durante todo el partido, logrando un empate que casi se convierte en victoria.


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